Se trata de otro sistema de intentar convertir el triage en escenarios de catástrofe en una actividad regida, no solo por la habilidad y conocimientos de los encargados de la asistencia «in situ», sino en un sistema de elección de esta de una forma científica y refrendada por estudios adecuados.
Es de origen algo más tardío que el CRAMS scale, y, como este, tiene sus partidarios y detractores, y ha dado lugar a numerosos trabajos de evaluación posterior a su puesta en marcha.
Tras el trabajo original de Koehler y su grupo, el propio Koehler efectuó un estudio multicéntrico que incluyó a 3581 pacientes de 14 diferentes hospitales durante un año, en el cual mostró que el PHI predecía la variable de necesidad de cirugía de emergencia en horas con sensibilidad elevada (p<0.0001), así como la mortalidad dentro de las siguientes 72 h (p<0.0001) tras traumatismos, del mismo modo que eran también muy ajustadas las evoluciones de la cirugía de emergencia, la mortalidad, o la precisión de ingreso en UCI.
Un estudio reciente (Lavoie, 2010) indica también una elevada sensibilidad para identificar pacientes que debieran ser trasladados a un centro de traumatología de nivel I, sobre todo, cuando se combina con otras escalas similares, aunque advierte de que la sensibilidad total sigue siendo baja, y el sobretriage es alto.
Referencias: