El número de fallecimientos en Andalucía por parada cardíaca súbita ha descendido en los últimos doce meses casi un 10%, aproximadamente 6.200, 17 al día, un descenso que se debe en parte al aumento de la concienciación por parte de la población, a la implicación de los intensivistas y del desarrollo de programas formativos. Sin embargo, la Sociedad Andaluza de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (SAMIUC), coincidiendo con la celebración del Día Europeo de Concienciación del Paro Cardíaco, considera aún muy insuficientes las actuaciones en España en cuanto a la instalación de Desfibriladores Semiautomáticos (DEAs) y de programas de formación, frente a otros países del entorno europeo.
“La Parada Cardíaca es una patología extraordinariamente frecuente que muchas veces infraestimamos”, asegura el Dr. García Alcántara, coordinador del Plan Nacional de Reanimación CardioPulmonar (RCP) en Andalucía. De hecho, en España mueren anualmente 30.000 personas por parada cardíaca súbita, unas 100 por día, 1 cada 15 minutos: “un dato equivalente a si se estrellara un avión de 280 pasajeros cada 5 días”.
Dada la aplicación de la Resucitación Cardiopulmonar (RCP) de forma precoz aumenta hasta un 80% las posibilidades de supervivencia si se desfibrila antes de los cinco minutos siguientes al paro cardíaco y el número de vidas salvadas gracias a ella en la comunidad autónoma andaluza podría elevarse a más de 5.000. Por eso, SAMIUC quiere realizar un llamamiento a la población sobre la importancia y utilidad de adquirir competencias de resucitación cardiopulmonar, acreditada por los datos de fallecimiento por paro cardiaco y aumento de las posibilidades de supervivencia en caso de uso de estas técnicas.
Pero para ello es necesario hacer a todos los profesionales socio-sanitarios y a la población mucho más competente en el empleo de la RCP. Actualmente, cuando el paro cardíaco sucede fuera del hospital sólo una de cada cinco víctimas recibe RCP, una intervención que, realizada a tiempo y sin esperar a los profesionales especializados, puede lograr que la persona sobreviva, y además lo haga sin secuelas. No se trata solo de que salvar vidas, que por supuesto: “además, la resucitación cardiopulmonar a tiempo reduce considerablemente las secuelas neurológicas», explica el Dr. Ángel García Alcántara, coordinador del Plan Nacional de RCP en Andalucía. “Por cada minuto que el paciente está en parada cardiorrespiratoria sin maniobras de resucitación, las posibilidades de supervivencia se reducen un 10%, por lo que al cabo de 10 minutos estas posibilidades son mínimas. Idealmente la RCP debe de empezar en menos de 3 minutos del comienzo del episodio, de ahí la importancia de actuar rápido y siguiendo las recomendaciones del Plan Nacional de RCP”, subraya el Dr. García Alcántara. Según SAMIUC, España está perdiendo el tren de la cardioprotección, frente al continuo desarrollo en muchos países de Europa, pues su Plan Nacional de RCP está muy lejos de las recomendaciones del European Resucitation Council de 2015 en cuanto a instalación de desfibriladores y formación ciudadana. Y es que en España tan sólo se dispone de 4 dispositivos por cada 10.000 habitantes, una cifra muy alejada de los más de 30 de Japón, los 18 en países nórdicos o los 13 de Francia, Inglaterra, Holanda o Alemania. A ello se une el hecho de que en países como Japón o Dinamarca es obligatorio un curso SVB y DEA para obtener el carnet de conducir y un reciclaje en cada renovación y está implantado en los contenidos escolares obligatorios; en Suecia el 70% de la población está formada en técnicas de Soporte Vital Básico (SVB) y en España no se llega al 20%.
Según el doctor García Alcántara, “también necesitamos promover y fomentar la implantación de DEA, que todos los coches de Policía y Guardia Civil cuenten con un desfibrilador y que también estén disponibles en todos los centros públicos, aeropuertos, estaciones de metro, tren y autobuses, mercados, farmacias, edificios religiosos, hoteles, restaurantes o entidades bancarias. Es necesario que nuestros ayuntamientos tomen conciencia y desarrollen programas específicos adaptados a cada ciudad, para acercar el DEA y la RCP a sus ciudadanos. Necesitamos muchas cosas, por eso necesitamos tomar conciencia de los beneficios en salud que conllevan las acciones de soporte vital básico y aplicar todos estos puntos en base al Plan Nacional de RCP”.